lunes, 15 de octubre de 2012

La literatura infantil



La literatura infantil, es beneficiosa para los niños, ya que los introduce en el mundo del lenguaje y la comunicación de forma lúdica y entretenida.

Los libros infantiles, ayudan a desarrollar su imaginación, a entretenerlos y sobre todo les aproxima a un vocabulario cada vez más amplio y empiezan a conocer las estructuras gramaticales.

Una de las cualidades de estos libros, es que están escritos con juegos de palabras, repeticiones, rimas, metáforas, etc. lo que ayuda a su comprensión y además ayuda a mantener una mente más activa, ya que se van perfeccionando más las cualidades destacadas.

Los niños valoran mucho los momentos de lectura que comparten con los padres, para ellos es algo divertido, es un momento de gozo, por eso el adulto debe poner de su parte para hacerlo mágico. No basta con leer página tras página, hay que vivir la aventura, disfrutar de ella y hacerla real, porque es así como los niños cogerán gusto por leer y desearan que llegue ese momento cada día.

Hay que darle más importancia de la que realmente se le otorga, ya que, como bien he comentado anteriormente, la lectura aporta mucho a los niños, tanto a nivel lúdico como cognitivo. Por lo tanto, introducirlos desde bien pequeños en este hábito es fundamental.

Además, puede ser muy útil a la hora de poner en situación a los niños de vivencias reales, como pueden ser la muerte de un familiar, el nacimiento de un hermano, etc., cosas que pueden provocarle algún tipo de trastorno emocional. Con los libros pueden contar una historia bonita, en la que al personaje le sucede algo parecido y con ese apoyo, hacerles una explicación más extendida para que lo entiendan y lo interioricen.

Las obras literarias cumplen una labor educativa muy importante al influir en la formación de la inteligencia emocional, y esto es clave para el desarrollo afectivo del niño/a. La emoción es una de las bases que sustenta la literatura infantil.

Concluyendo, hay que coger el hábito de lectura no como una rutina si no como una necesidad, un momento de disfrute personal entre padres e hijos. Porque además, esos momentos servirán para forjar más el vínculo afectivo entre ellos.

Elena Cervera Abad.

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