jueves, 25 de octubre de 2012

Exclusión social infantil



Actualmente, España, está sumergida en una crisis económica que afecta a toda la sociedad media y baja, esto conlleva graves problemas para todos, ya que todo en nuestras vidas es una cadena, es decir, si nos despiden del trabajo, no cobramos, por tanto no tenemos dinero para comprar nada más que lo esencial, si el panadero sube sus precios, yo no podré comprarle, por lo que éste perderá un cliente y dinero, si al finalizar la jornada no reúne el dinero habitual, en su casa faltará dinero…

            Este es el día a día de la sociedad, estamos acostumbrados a vivir en una sociedad materialista y consumista, dejando de lado lo que realmente es importante en la vida. Con esto quiero decir, que no valoramos lo que realmente tenemos hasta que lo perdemos. Y los que más padecen estas carencias son los infantes, porque ellos sí que precisan de más recursos económicos debido a que están en un proceso de crecimiento y necesitan comer, necesitan medicamentos, ropa, libros para la escuela, etc. todo para prevenir graves enfermedades o retrasos físicos y cognitivos.

            Cuando los niños/as procedentes de una familia con falta de ingresos en casa, acude a la escuela, los demás niños lo reconocen, son capaces de ver que esa niña/o es “pobre”, ya sea por su vestimenta, por su higiene, por la falta de material educativo, etc. Pero el problema no queda ahí, si no que además de recibir burlas, la excluyen socialmente, es decir, la apartan de toda actividad lúdica del patio, e incluso del aula aun estando el profesor delante.

¿Cómo es posible que se permita esto? En primer lugar, el docente, como profesional que es, debe poner medios nada más observar que ese/a alumno/a tiene problemas en casa, para evitar que además, también, los tenga en la escuela. Y por otro lado, enseñar a sus  alumnos valores éticos, morales, responsabilidad, humildad, respeto… Aquello que nos hace falta a todos para que este mundo sea un poco mejor, porque quien excluye, insulta e incluso golpea a una persona “pobre” o inmigrante, no es una persona decente, no tiene dignidad.

Hay que cambiar la forma de ver las cosas, hay que ser más amables, porque las personas que abandonan su país, su familia, su vida por venir a España, no tiene otra intención que la de ganar dinero para él y para poder mantener a su familia.

Hoy en día la exclusión social es un tema muy grave, los alumnos se han vuelto muy agresivos y parece que no tengan sentimientos, pero esto viene de casa, es decir, los niños/as aprenden y se hacen a semejanza de lo que tienen en casa, a su lado día a día, por tanto si los padres muestran incomprensión, desprecio, etc. sus hijos así serán. El porcentaje de niños/as con intenciones suicidas es muy alto y a medida que pasan los años va en aumento, pero hay que reconocer que el impacto que tienen los medios de comunicación en los infantes es muy alto, lo que condiciona aun más sobre sus actos.

Hay que poner fin a esto, hay que escuchar bien a los niños/as porque desde el primer pensamiento de muerte que tienen, ellos lo expresan, hay que estar atentos para poder ayudarles y poner remedio a la situación, los niños nos necesitan y realmente no somos conscientes de la situación que vive ese alumno en su casa, porque ya no es sólo la pobreza, puede ser que sus padres abusen de ella, la maltraten físicamente, o sean drogadictos o alcohólicos. Todo esto repercute en el menor afectándole de tal forma que le lleva a tener pensamientos como “me quiero morir”, “mejor si no hubiera nacido”… Un niño infeliz es fácilmente reconocible, por lo que si hay algún profesional de la educación que no lo ve, es porque prefiere mirar hacia otro lado.

Elena Cervera Abad.


1 comentario:

  1. Puede ser que vivamos a un ritmo tan acelerado que no nos permita darnos cuenta de las cosas importantes ni chocandonos contra ellas. Es horrible pensar que la mayoría de las personas no ponemos remedio a muchos problemas hasta que sucede algo terrible.
    Me ha parecido impactante que niños o niñas de tan corta edad puedan pensar en suicidio. Pensar en la muerte cuando tendrían que tener ganas de comerse el mundo, de jugar, de luchar, de imaginar...de VIVIR.
    Tengamos en cuenta estas reflexiones para que no sucedan estas cosas. No miremos atrás cuando veamos situaciones que no son normales, es de vital importancia, ya que esta en juego la felicidad de nuestros niños.

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