Ser
niño es ser grande a los ojos de la imaginación
soñar
con crecer y ser alguien creado en el corazón
ser
piloto, futbolista, cirujano o contador
o
todo aquello que creemos es la mejor profesión.
Ser
niño es ser ave que vuela libre sin reposo
en
busca de la libertad y del enorme gozo
que
provoca pensar en ser independiente
y
poder decir a mamá "soy autosuficiente"
Ser
niño es creer en cuentos de espanto y miedo
a la
vez que se espera a reyes de oriente lejos
que
regalan con juguetes al buen comportamiento
y
agasajan a los peques de corazón no pequeño.
Ser
niño es mirar con esperanza al cielo
suponiendo
que al crecer este será más bello
y
solo esperar con ansias el gran momento
de
ser grandes y crear su propio universo.
Ser
niño es solo ser inocente de intelecto
comprender
con el corazón y no con el pensamiento
tener
aún la ilusión y la alegría al viento
que
se tiene al vivir como viven los niños, sin miedo.
Tan ciertas
son estas palabras, como cierto es la importancia que tiene ofrecer a los
niños/as una buena educación y salud.
Como
todos sabemos, es en las primeras etapas de la infancia donde se debe ofrecer
mayor atención y cuidado a los niños/as. No se debe privar de ello nunca,
porque aquellas necesidades que no sean cubiertas en estas etapas, marcarán
toda su vida.
Es
cierto que actualmente hay un gran número de niños/as que carecen del cuidado y
atención necesaria, por lo que en las manos de los maestros/as está, en que la
cifra se reduzca cada vez más.
No privemos a
los niños/as de esa felicidad, de esas emociones, porque jamás podrán
experimentarlo a lo largo de su vida. La infancia es el momento más bonito de la vida, o por lo menos debería serlo. Hagamos que sueñen, que vuelen, que
investiguen y sobre todo, hagamos que sean felices.
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